Se cumplen ya diez días del paro indígena, al escribir este Editorial y el país no vislumbra una salida a esta crisis. Esta paralización ha generado destrucción y caos, a lo largo y ancho del país que, con esta situación ha sometido a los ecuatorianos a una situación tan vandálica, como lo fue en el paro de octubre de 2019.
El Presidente Lasso ha manifestado estar abierto al diálogo, pero el Indigenado no da luz verde a este encuentro que faculte -de manera conjunta- dar con las soluciones para esta lamentable como desgastante situación.
Tras tantos días de violencia y descontrol, en campos y ciudades, ya es hora de encontrar una salida que ponga paz en este caotizado país. Como en la tragedia griega, ante el dolor, la desolación y las situaciones imposibles, Eurípides –uno de los tres grandes dramaturgos de la Grecia Clásica- incorporó el “deux ex machina” que es un recurso que permite traer desde lo alto, un desenlace indispensable. Cuando cualquier situación llega a su punto más extremo, el “deux ex machina” trae una luz y resuelve el drama que toda tragedia conlleva.
El Ecuador aspira, vehementemente, que las dos partes en conflicto, el Gobierno y los indígenas -a través de ese tan esperado diálogo- encuentren, a la brevedad posible, una salida al conflicto, que lacera y afecta gravemente, a todos los ecuatorianos. (O)