Barrio lleva el nombre “Daniel Durán” en memoria de sacerdote
La agricultura, ganadería y los negocios son lo que mueven económicamente al sector.
Ubicado a 200 metros del puente de ingreso a Sinincay, el barrio “Daniel Durán” es uno de los sectores de emprendedores de la parroquia.
Llegar a esta zona se logra tomando un camino de tierra, ubicado junto al puente, que lleva el mismo nombre del barrio y que, a su vez, recuerda al sacerdote que sirvió en la parroquia en la década de 1970 y que estuvo al frente de las actividades religiosas por 20 años.
Entre otras modernidades, al religioso Daniel Durán se le atribuye el desarrollo vial y, sobre todo, la llegada de los servicios de agua y luz, él fue promotor de estas obras junto con los dirigentes parroquiales de la época.
Por eso el puente, el barrio, incluso la vía principal que cruza por la zona, rememoran su legado.
Desarrollo
Actualmente, quien preside la directiva barrial es Vicente Flores. Es propietario de la “Tienda Xime”, la más grande de la zona y de una ferretería que inauguró en plena pandemia para abastecer al vecindario con los implementos de construcción.
Con Rosana Guillermo, su esposa desde hace 40 años, tiene el negocio hace 24 “cuando el camino de ingreso (al sector) era solo de peatones”, señaló ella. De esas épocas quedan solo vestigios de casas antiguas y memorias de la gente.
Hoy, unas 60 familias configuran el barrio que es paso obligatorio para llegar a comunidades como: Pampa de Rosas, Chicopatamarca, Rosasloma, Perlaspamba, Tres Cruces, Playita, San Vicente, La Compañía, Chamana y Mayancela.
En el barrio “Daniel Durán”, los servicios de agua y energía eléctrica tienen tres décadas instaladas. La vía es de lastre y hace falta juegos infantiles «no hay áreas verdes… mis nietos no tienen donde jugar», señala Guillermo.
Pero lo más importante: en la comunidad urge el alcantarillado. Solo cuentan con un sistema empírico de desagüe, que ellos se ingeniaron y que desembocan en una quebrada del sector, lo que lo convierte en punto de riesgo ambiental.
Marisol Reinoso, pobladora de la zona, recuerda que hace unos cinco años, cuando habitaban en el barrio unas 13 familias, el valor de esta obra bordeaba los 48.000 dólares “ahora que somos unas 60, no se sabe cuánto costará”, señaló preocupada.
Por el momento están en conversaciones con los representantes de la Junta Parroquial y de la Empresa de Telecomunicaciones, Agua Potable y Alcantarillado (ETAPA EP) para hallar una solución eficiente lo más pronto.
Según ella, es un vecindario que busca salir de los aprietos sociales y económicos provocados por el COVID-19.
Trabajo
Reinoso y su esposo, Manuel León, son arte de emprendimientos que se llevan adelante en la comunidad. Ellos cuentan con criaderos y galpones de pollos y cuyes. Además, se dedican a la agricultura y son parte de un negocio de vinos.
Ellos son parte del grupo de 13 vecinos que configuran ella organización “Compañeros Agricultores del Barrio Daniel Durán” especializados en proyectos vinculados a la tierra. Hasta ahora, y gracias a nuevas técnicas aprendidas, han sembrado durazno, chirimoya, uva y manzana.
El grupo barrial, se reúne frecuentemente para encontrar métodos de mejoramiento de los cultivos y procesos de distribución y venta.
Asimismo, pertenecen a la organización” Luchando por el Futuro”, a la que se han sumado, incluido ellos, tres vecinos del barrio “Daniel Durán”. Ellos se especializan en la crianza de animales, principalmente pollos, y en la elaboración del vino bautizado con el mismo nombre de la organización.
Esther Flores, otra habitante del sector, también emprendió. Ella abrió un local de comida rápida al que acuden vecinos y visitantes para degustar su sazón. “Algo hay que hacer, de algo hay que vivir”, comenta mientras mueve las papas de la paila que venderá a una de sus vecinas.
Navidad es una fecha importante para ellos. Usan una gruta levantada junto a la vía principal, en lo que se puede decir es el centro del barrio, para compartir y realizar actividades religiosas y festivas. Esta fechas, reciben donaciones para entregar a los niños fundas con caramelos. (FCS)-(I)
Habitante de 102 años
Doña María Aurora Mejía Quishpi cumplirá 102 años el 19 de agosto. Ella es la longeva del barrio “Daniel Durán” y, por ahora, reside con su hija Esther Flores, a quien este mes le ha correspondido su cuidado.
Darle cobijo es una labor que Flores comparte con sus cuatro hermanos. Mejía requiere cuidados especiales, por tal motivo, cada uno la cuida por temporadas. Ahora le cuesta reconocer a las personas y recordar nombres. Pero no es motivo para que su familia deje de visitarla.
Ella solía trabajar tejiendo sombreros de paja toquilla y, principalmente, en la agricultura, comenta su hija, Esther.
Recuerda que siempre fue devota de la Virgen y que frecuentemente visitaba el templo de la parroquia. Esta devoción se la heredó y ella inculca lo mismo a su descendencia. Esta semana se reunirán para celebrar su cumpleaños. (I)