Se estima que para mediados de noviembre la población mundial habrá alcanzado los ocho mil millones de personas, cifra que resulta alarmante si consideramos que a mediados del siglo pasado el planeta tenía alrededor de dos mil quinientos millones de habitantes, y que ya hace una década científicos estimaron que la tierra tiene la capacidad para precariamente sostener un máximo de diez mil millones de personas.
De acuerdo con Index mundi, hasta 2020, Ecuador con 60 habitantes por km2 seguía siendo el país Sudamericano con mayor densidad poblacional, seguido de Colombia con 43 habitantes por km2 y Venezuela con 31.
Por otra parte, estudios apuntan a que una sociedad necesita un índice de fertilidad de 2,1 hijos por mujer para que la población se reemplace a sí misma de una generación a la siguiente sin migración. En 2021 este índice a nivel mundial se encontraba en 2,4 hijos por mujer, pero claramente este índice de fertilidad varía mucho de un país a otro. Así, por ejemplo, Ecuador tiene un índice de fertilidad de 2,38 frente a 3,5 de Bolivia, el más alto de Sudamérica.
Varios países, especialmente los europeos, se enfrentan desde hace años a índices de fertilidad muy bajos, ya que no alcanzan el índice mínimo de reposición de la población. Así, España, por ejemplo, tiene un índice de fertilidad de 1,19 hijos por mujer, lo que hace que muchas de esas sociedades dependan de la migración para sostenerse.
En pocos años veremos grandes cambios en la distribución poblacional del planeta, sobre todo porque al momento, si bien Asia sigue siendo el continente más poblado, son los países subsaharianos los que en la actualidad tienen el mayor crecimiento poblacional, con Nigeria a la cabeza con un índice de fertilidad de 6,8 seguido de Somalia con 6,0. (O)
@ceciliaugalde