Como si se tratase de una película de acción. Así hemos visto el accionar de las monjas del convento de las Misioneras de María Corredentora de Cuenca. Las religiosas sorprendieron a cinco delincuentes llevándose objetos del monasterio; empero, dos sujetos fueron atrapados por las devotas con el apoyo de los ciudadanos.
En el forcejeo con los delincuentes, una reverenda resultó con algunos golpes y moretones. Afortunadamente, nada que lamentar. De acuerdo, a los moradores de la Feria Libre, los robos en el convento son constantes. Enhorabuena, la justicia los sentenció a 36 meses de prisión
En otro caso, una media docena de hombres propinaron una paliza a un asaltante en el sector del Medio Ejido. Nada pudo hacer un policía motorizado para impedir que los exacerbados ciudadanos apliquen justicia por mano propia.
Asimismo, un habitante de Challuabamba abrió fuego contra malhechores que intentaban ingresar a una vivienda. Esta zona ha sido blanco de múltiples asaltos. En las cámaras de seguridad se mira como los delincuentes arrasan con todo en ese lugar.
En el sector del Hotel Oro Verde, otro robo causó asombro. A plena luz del día, una camioneta con hombres armados abordo, ingresó a un edificio. Robaron dinero, joyas, objetos de valor y hasta un vehículo. Gracias a las denuncias a través de las redes sociales se pudo localizar el automotor.
Los cuencanos estamos cansados. Nos tocará enfrentar a los delincuentes con nuestros propios recursos. Alarmas, cámaras, palos, piedras, botellas, cadenas, con lo que sea.
Y claro, si un pillo resulta malherido, no tardarán en llegar los Derechos Humanos para defenderlos. Pero si una familia pierde a un ser querido por la inseguridad, todo queda en la impunidad.
Y para rematar, como grandioso plan de seguridad, piden a los ciudadanos que gritemos cuando nos estén robando. ¡Aplausos! (O)