Ganar la prefectura del Azuay, históricamente, no ha sido el primer objetivo de los partidos políticos locales; más bien, se utilizó como trampolín para llegar a la alcaldía de Cuenca. Así sucedió con varios prefectos que luego fueron burgomaestres.
Subvalorar en el orden político a una entidad fundamental que concierne a quince cantones, 61 parroquias rurales, territorio con 8.200 km2 y todas las altitudes geográficas, un millón de habitantes, red vial de 5.000 km; inmensa riqueza natural, desarrollo industrial, comercial, turístico y educativo tiene un costo gigante para el Azuay en lo referente a carreteras, riego, gestión ambiental e impulso productivo que son sus competencias constitucionales específicas, pero, no atendidas.
La crisis institucional del GPA, se siente especialmente en la última década, en las tres últimas administraciones de los prefectos Paúl Carrasco, Yaku Pérez y Cecilia Méndez, debido al abuso de poder, el abandono de la prefectura buscando la presidencia de la República, la eliminación de la tasa solidaria y la improvisación e inestabilidad actual en la conducción de un Gobierno Provincial, cuyos objetivos esenciales son planificar el desarrollo provincial, la gestión vial, proyectos productivos que tanto necesita el campesinado pobre.
El argumento de contar con una red vial deficitaria con el 90% de lastre y tierra, baja cobertura de riego, escasos proyectos productivos debido a los “malos gobiernos centrales” que escatiman recursos para el Azuay, se cae poco a poco, al ver provincias como Loja, Chimborazo, Tungurahua e Imbabura, con escasas asignaciones y mejores carreteras, riego tecnificado, atención a la cadena de la leche y, sobre todo, entidades organizadas con institucionalidad, estabilidad laboral, mística de trabajo, pensando sobre todo en el bienestar de la población.
¡Tener una GPA sin dar respuesta a las demandas de la población con una red vial de las peores en el Ecuador no ha sido culpa tan solo de quienes dirigieron, sino de todos nosotros, de los medios de comunicación y los alcaldes que integran la Cámara Provincial, al no haber fiscalizado y exigido con valentía mejores ejecutorias para el bien de todos! (O)