«Villa Olímpica», un viaje documental al exilio latinoamericano en México

Identidad, desarraigo, memoria y un intento genuino por reconocer la propia historia son algunos de los elementos que cruzan el último documental ganador del Santiago Festival Internacional de Cine (Sanfic) 2022, «Villa Olímpica», realización del argentino Sebastián Kohan, de madre chilena, que aborda las complejidades del exilio latinoamericano en México durante los años 70.

Estas «historias de ruptura», como dijo Kohan a Efe, se desenvuelven en el complejo construido para los Juegos Olímpicos de Ciudad de México en 1968, un total de 30 edificios y 904 departamentos que albergaron luego a más de 5.000 personas, 3.000 de ellas exiliadas por los regímenes militares que se instalaron de facto en el Cono Sur, destruyendo sus democracias en algunos casos por casi 20 años.

Criado en México hasta las 12 años de edad, Kohan exploró en este documental su propia biografía, además de recoger mediante entrevistas la experiencia de quienes, como él, vivieron el exilio en la infancia y elaboraron con el tiempo, ya de adultos, distintas formas de comprender su pasado y el de sus padres.

Vidas del exilio

Para Kohan, muchas veces el exilio fue considerado «un castigo menor», situado dentro de un contexto de horror generalizado por la acción de las dictaduras cívico militares, que desplegaron un sistema de represión jamás antes visto en el continente que contó incluso con coordinaciones internacionales para perseguir, detener, torturas, asesinar y desaparecer opositores políticos.

«Me interesó mucho contar no solo el exilio, sino el retorno como un proceso complejo, porque en Suramérica el retorno se vivió con mucha alegría porque era casi un sinónimo del retorno de las democracias. Pero ahí quedó escondida una gran parte de la realidad, que fue la ruptura de familias, amistades, vidas enteras», afirmó Kohan a Efe.

Entre filmaciones y entrevistas, Kohan llegó al que reconoce como el corazón de la producción, una idea que descorre el velo a la vivencia del destierro con los ojos de hijos e hijas de militantes que alcanzaron a rehacer sus vidas: «el retorno de los padres fue el exilio de los hijos».

«Cuando volvimos a Chile nosotros, los niños, nadie consideraba que nuestro drama fuese publico (…) nuestros padres mismos no podían entender que nuestra situación (…) éramos un contingente bastante grande, de miles de personas, que habíamos sido también, de alguna manera, exiliados», enfatizó.

En definitiva, apuntó el director, «el exilio siempre pareció como otra cosa. Pero el exilio es dejar tu vida entera. Cuando uno se va al exilio y vuelve, es mentira que vuelve».

La patria

Para Alejandra Saéz, investigadora social, chilena de 48 años que creció en la Villa Olímpica de Ciudad de México y es una de las protagonistas del documental, este trabajo fue un viaje a su biografía y la posibilidad de repensar lo que significó para ella el exilio de su familia y luego el propio, con el regreso a Chile.

«Fue una oportunidad de conectar con mi historia, con mis raíces, tan dispersas y tan secretas. Por décadas sentí que era necesario ocultar mi origen, porque Chile es un país discriminador. Con esto he podido honrar mi historia y la de tantos y tantas, porque el resultado es una historia coral de infancias que sobrevivieron al exilio de sus padres y madres, y al destierro del regreso», contó a Efe.

«Es una historia de resiliencia que por fin me da sentido de pertenencia y que reivindica un origen que no tengo por qué ocultar, pero por sobre todo reafirma aquello que ya han dicho Rilke y Mistral, que la patria es la infancia», agregó.

México

Junto con Costa Rica, México fue uno de los países que más exiliados acogió luego de que las dictaduras se impusieron en distintos países Latinoamericanos, especialmente llegados de Chile y Argentina.

«Espero de corazón que este documental sirva como ejemplo de cómo México acogió a los refugiados políticos latinoamericanos en los 70 y 80, y que se convierta en un ejemplo a seguir por la comunidad internacional hoy», señaló Sáez respecto a ese punto.

«Ojalá este documental fuera solo memoria, pero el desplazamiento forzoso es algo que sigue ocurriendo. Detrás de cada refugiado hay una familia, y es muy probable que en cada familia haya un niño que hoy está siendo desterrado», agregó.

Por su parte, la embajadora de México en Chile, Alicia Bárcena, destacó el papel que jugó su país en este periodo y celebró la reflexión que propone el documental «Villa Olímpica».

«El exilio chileno en México es uno de los episodios más destacados de la relación entre nuestros países. Uno de los pasajes más tristes de la historia reciente de Chile dejó un importante y enriquecedor legado cultural en México que perdura hasta hoy», señaló Bárcena a Efe.

«El filme nos ayuda a reflexionar sobre las consecuencias, positivas y negativas, que esta experiencia dolorosa y a la vez esperanzadora dejaron no sólo a las personas que se vieron obligadas a abandonar Chile en la década de 1970, sino también a sus descendientes, muchos de los cuales vivieron un exilio propio al abandonar el México de su infancia», añadió. EFE

CMV

Licenciada en Ciencias de la Información y Comunicación Social y Diplomado en Medio Impresos Experiencia como periodista y editora de suplementos. Es editora digital.

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