El mítico cineasta italiano Dario Argento, que recibe en el Festival de Cine Fantástico de Sitges el Gran Premio Honorífico, piensa que en sus más de cincuenta años de carrera ha visto que «el cine de terror es como el oleaje del mar, sube y baja, va cambiando con el espíritu del mundo».
El veterano director, padre del «giallo» y el «terror sobrenatural», confesó que está al día de lo que sucede en el mundo del cine y «ahora es interesante el cine que viene de Oriente, de Corea, de Japón, pero también de México».
En su filmografía, Argento ( Roma, 1940) siente que siempre siguió su «estilo» y que en su obra también le ha inspirado otros cineastas, aunque no hayan cultivado el cine de terror.
Sobre la situación del género de terror en su país, el cineasta es rotundo: «El terror está prácticamente muerto en Italia», algo que atribuye a que «la industria prefiere hacer más comedias, que son más sencillas y baratas, que no películas fantásticas, que son más costosas».
Argento, que ya recibió en este festival de la ciudad catalana de Sitges el premio Máquina del Tiempo en 1999, presenta además en el certamen su última obra, «Occhiali neri», cuya historia es «casi una película», dijo.
En 2001, Argento, tras unos años retirado del subgénero, volvió al «giallo» con «Insomnio», protagonizada por Max von Sydow, que contenía una secuencia en una estación de tren que acababa con un asesinato.
Satisfecho por el resultado, escribió junto al guionista Franco Ferrini el guion de «Occhiali neri»: «El proyecto se canceló de la noche a la mañana cuando el productor fue detenido, y el guion se quedó en un cajón. Olvidé la película y mi vida continuó».
Después de muchos años, su hija Asia, que estaba escribiendo un libro autobiográfico, le pidió documentos originales y encontró el guion en un cajón de su archivo. Lo leyó y le animó a convertirlo en película.
Asia Argento, que estaba en Francia, se lo presentó a una productora y también se entusiasmaron.
«Durante el confinamiento con la pandemia, modernizó el guion adaptándolo a la actualidad», añadió Argento.
El director italiano tiene sobre la mesa otros tres proyectos de rodaje, uno británico, otro italiano y un tercero francés, que seguramente es el que va a hacer de inmediato.
«Vivo sin pensar en que soy un director de culto, tengo una vida solitaria, estoy al tanto de las películas, voy a los festivales, y sigo haciendo lo que me gusta y persiguiendo mi sueño», confesó el cineasta.
Admite que sus filmes son «muy oníricos, inspirados mucho en las lecturas de Sigmund Freud, que le enseñaron a buscar en su interior lo que quería contar, expresado casi visceralmente, algo automático como pasaba con los surrealistas».
Respecto a su participación como actor en el filme «Vortex», del francés Gaspar Noé, un largometraje dramático de estilo documental que sigue los últimos días de una pareja de ancianos, dijo: «Lo que me entusiasmó definitivamente es que Noé me dijo que era todo improvisado, sin guion».
«Eso me recordó la época del neorrealismo, porque yo soy hijo de esos autores como De Sica, Rossellini, que cogían a la gente de la calle y hacían los filmes improvisando, sin guiones y tuvieron además mucho éxito», añadió.
En «Vortex» las coincidencias no se acababan ahí, pues Argento interpreta a un crítico de cine, como él también lo fue antes de ser director, que está escribiendo un libro sobre el cine y el sueño, algo que también hizo.
El Festival de Cine Fantástico de Sitges, que se celebra en esa localidad barcelonesa del 6 y el 16 de octubre. nació en 1968 y está considerado como el primer festival de cine fantástico del mundo, con un gran impacto mediático e industrial. EFE