A pesar de que hay una ordenanza que regula la gestión de los desechos. A pesar de que los recicladores pasan de puerta en puerta para recoger los residuos de los hogares, en Cuenca todavía no hay una cultura de reciclaje.
Por lo menos los datos recogidos por las diversas investigaciones realizadas por la Universidad de Cuenca así lo determinan.
Por ejemplo, las fundas celestes, que deben contener los residuos reciclables, solo el 25% de su contenido sirve. El resto no puede ser procesado porque en las viviendas hubo una mala clasificación que termina contaminándolo.
Otro dato: de las 14.000 toneladas de basura que se recolecta mensualmente en el cantón, el 50% es material orgánico. Si bien no es un elemento reciclable, parte de él sirve para elaborar compost.
“Las personas de mayor nivel socioeconómico son las que más generan, y las de menor nivel socioeconómico, o no generan o generan muy poco porque ven la valía en los residuos”, dijo Ximena Álvarez.
Ximena es una docente investigadora del grupo de investigación “Ingeniería Industrial e Innovación” de la Universidad de Cuenca.
La docente, junto a sus colegas, han estado investigando cuál es la situación de los desechos en la ciudad y el cantón. Qué están haciendo las familias con los residuos que generan. Todo ello para impulsar un cambio en los hábitos que tiene la población.
Y la principal manera para reemplazar los malos procedimientos al momento de tratar los residuos, según los investigadores, es conocer qué se recicla. Qué no entra en esa categoría. Qué se puede hacer los residuos orgánicos.
“Yo creo que hay que hacer un cambio de actitud a lo que creemos que es basura. Basura siempre es un término despectivo, de ningún tipo de valor… y sin embargo, si lo vemos con el efecto de que puede tener algún tipo de utilidad, pudiéramos empezar a cambiar la mentalidad”, opinó Álvarez.
Los residuos de aparatos eléctricos y electrónicos: un tema que ya se considera en Cuenca
Aunque el cambio de equipos tecnológicos ha sido mucho más seguido en la última década, hace poco en Ecuador se empezó a hablar de los residuos de aparatos eléctricos y electrónicos (RAEE).
No obstante, el país ha empezado a tomar en serio los desechos de los aparatos. En julio, el Ministerio del Ambiente puso en vigencia el primer instructivo para la aplicación de la responsabilidad extendida en la gestión íntegra de los RAEE de origen doméstico.
Con el instructivo, entre otras responsabilidades, se obliga a los productores a cumplir con metas de recolección de los residuos.
Cuenca, a través de la academia y de sus investigadores, no ha estado excepta de buscar soluciones para tratar los residuos de los aparatos eléctricos y electrónicos.
Un ejemplo de ello es el trabajo que cumple el grupo de investigación “Economía Circular Inclusiva y Desarrollo Sostenible” de la Universidad de Cuenca.
El grupo, además de exponer la realidad a la que viven los recicladores de base en el cantón, se han enfocado en plantear soluciones para que los RAEE no se acumulen en los hogares, ni para que terminen en sitios a los que no corresponden.
“Es necesario proveer a la ciudadanía algunas oportunidades o facilidades para que pueda gestionar estos residuos. Porque los RAEE no pueden ir ni a la funda negra, ni a la funda celeste. Entonces qué oportunidades tiene la población”, dijo Gabriela Sucozhañay, investigadora de Economía Circular Inclusiva y Desarrollo Sostenible.
Bajo esa premisa, el grupo se encuentra desarrollando un proyecto para que Cuenca cuente con un programa piloto de gestión local de los RAEE.
La idea es que con el programa haya una planta que recicle, repare, reacondicione y desensamble los RAEE para distribuirlos entre empresas que paguen por ellos.
Dentro del proyecto está la repotenciación del único punto limpio que en Cuenca recibe los residuos de los aparatos eléctricos y electrónicos. Se prevé que la planta esté lista entre el 2023 y 2024.
El punto, administrado por la EMAC, está ubicado junto al Centro de Comercialización BIOEMAC (avenida 24 de Mayo, diagonal a la Unidad Educativa Garaicoa). (I)
