De acuerdo al reporte del Instituto Ecuatoriano de Estadística y Censos (INEC) mejora la situación laboral en el Ecuador.
En septiembre de 2022 descendieron las tasas de subempleo y desempleo. La del primer ítem cayó de 22,7 % en septiembre de 2021 al 20,3 % en relación a este mismo mes de 2022. En otras palabras, a esa época los subempleados eran 1,9 millones. Ahora son 1,7 millones.
Los desempleados, con relación a septiembre de 2021 han bajado de 412.441 a 354.324, cifra correspondiente al 4,1 % de la Población Económicamente Activa (PEA).
De la PEA son parte 8,6 millones de personas, de las cuales 3 millones tienen empleo adecuado o pleno. 1,7 millones están el desempleo. Cerca de un millón tiene empleo no remunerado; 2,5 millones tienen otros “empleos no plenos”. 21.262 tienen un empleo no clasificado.
En medio de esta maraña de cifras y de categorías, para el Gobierno es significativo el repunte del trabajo en el país, una de las necesidades más apremiantes de la población.
La pandemia significó la pérdida de cientos de miles de puestos de trabajo en el sector privado.
En el público, debido a restricciones presupuestarias y a lo obeso del Estado las oportunidades de trabajo se limitan a contratos, aplicables solo a los profesionales.
Súmese la casi nula obra pública, excepto la realizada por los gobiernos seccionales.
Los dos paros violentos dejaron secuelas en el mercado laboral, sobretodo desconfianza entre los inversionistas sean nacionales o extranjeros. A estos últimos, no los ha seducido la bandeja de oportunidades ofrecida por el Gobierno durante sus giras internacionales para promocionarla.
El proyecto de Ley de Inversiones ha sido reelaborado tras su primer fracaso. Contiene los aportes de la Asamblea Nacional. Sería alentador si finalmente la propuesta, cuya esencia es crear fuentes de trabajo, se aprueba.
El reporte del INEC, decidor por cierto, puede no ser bien sopesado por la gente; pues todos evalúan desde su situación muy particular.