Cuenca es una cuna de artesanos. Si hay dudas estas se despejan por dos eventos que ocurrieron en este feriado.
Por un lado, las ferias. Hay cerca de 1.000 puestos que se levantaron por toda la ciudad para que los turistas conozcan de cerca el trabajo de aquellas personas que usan sus manos para crear.
Una infinidad de objetos artesanales se exponen y comercializan en estos días de asueto.
Basta con recorrer el centro histórico, los parques y las orillas del río Tomebamba para darse cuenta de que hay una variedad de puestos que no se repiten. Cada artesano de Cuenca tiene su toque, su característica; una impronta.
Cuenca, en el feriado, se convirtió en la ciudad de las ferias y de sus artesanos.
Desfile por el Día del Artesano
El otro evento que demostró que Cuenca está llena de artesanos se dio ayer, en el Día del Artesano Ecuatoriano.
Más de 2.000 personas se reunieron en el parque de San Blas para celebrar y desfilar por la calle Bolívar.
Con carros alegóricos, con sus vestidos y prendas, con sus herramientas y con sus productos, los artesanos de distintos espacios y escuelas de formación de Cuenca se reencontraron para recordar un evento que tuvo que ser minimizado por la emergencia sanitaria.
“Volver a vivir esta fiesta, que nos hace ver que tenemos un número enviable de artesanos, es gratificante. Hoy nos reunimos para decirnos feliz día”, dijo el artesano Saúl Ojeda, quien desfiló con orgullo frente a un público los aplaudió.
Además de los artesanos de antaño, que todavía perduran en la ciudad, quienes también se hicieron presentes fueron las personas dedicadas al corte y la confección, a la barbería, a la cocina.
“Aunque no parezca, nuestros trabajos son artesanales porque usamos nuestras manos para darle forma a distintos objetos. No tenemos máquinas, tenemos nuestras manos que son las herramientas que necesitamos para trabajar”, dijo John López, un joven que recién abrió su barbería.
Una amalgama de profesiones, de trabajos, de productos que se vieron ayer en el desfile y en las ferias, mostraron la cantidad, y sobre todo, la diversidad que hay entre los artesanos que todavía mantienen viva su arte en Cuenca. (I)