Desde el comienzo del siglo XXI hemos ido de susto en susto. Si en el año 2000 nos preocupaba el efecto dosmil y el bloqueo generalizado de los computadores, en 2008 esperábamos el coletazo de la crisis financiera, que trajo consigo una reducción de los depósitos y de ahorro en la economía. Esta tendencia tan negativa para las empresas y las familias fue perdiendo intensidad conforme se acercaba la recuperación económica, a partir de 2019. Con el paro y luego la pandemia de covid-19 esa tendencia se invirtió y comenzó a incrementarse el volumen de depósitos y de ahorro, con una gran estabilidad en el volumen de crédito solicitado por las familias y empresas. En esos meses hubo una subida en el volumen ahorrado, debido a la imposibilidad de incurrir en gastos ante los cierres totales y las restricciones por el confinamiento. La demanda de dinero por motivo precaución se ha ido incrementando. La incertidumbre creciente, incluido el riesgo de amenaza de guerra nuclear, ha hecho que estemos mejor preparados. La situación no es comparable con la de 2008. Esa crisis no se vio venir. O no se quiso ver venir. Esta sí está siendo anticipada y se están tomando medidas previas. Aunque todo lo apostamos a que el aterrizaje sea suave, dure poco y la economía remonte.
Hasta el tercer trimestre de 2022, los bancos privados otorgaron USD 22.805 millones (23% más frente a 2021) a 787.916 clientes (8% adicionales) en 1’437.281 operaciones (11% más). A septiembre de 2022, 17.848 empresas (9% más que 2021) accedieron a crédito a través de los bancos privados, por USD 15.464 millones, es decir 24% más que el mismo periodo de 2021. De este total 36% fue destinado al sector comercial, el 22% a la industria, 15% a la agricultura y la diferencia a otras actividades (inmobiliarias, transporte, etc.). Esta dinámica del crédito, al menos según la literatura, crea liquidez. Los servicios de depósitos de los bancos, recogen los flujos de capital pequeños, frágiles y propensos a correr este vínculo causal entre depósitos y préstamos y que en Ecuador es fuerte, ya que en las últimas semanas la liquidez de los bancos empieza a alejarse de sus cuentas y retornan al colchón bank que los bancos intentan reconquistar subiendo las tasas de captación. (O)