La violencia contra la mujer ha sido, y sigue siendo, un problema que de acuerdo con las cifras de la ONU, afecta a un tercio de la población femenina a nivel mundial. Si bien en estos últimos años los esfuerzos institucionales se han redoblado, los resultados siguen preocupando a los organismos multilaterales e instituciones sociales que levantan la voz con iniciativas de sensibilización y prevención. Este es el caso de la campaña “16 días de activismo contra la violencia de género” que inicia el 25 de noviembre, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, y concluye el 10 de diciembre, Día Internacional de los Derechos Humanos.
La sensibilización viene de la mano de la información. Algunos datos que han sido difundidos en el contexto de esta campaña son alarmantes. Es el caso del reporte que publica ONU mujeres en el que se encontró que a nivel mundial más de cinco mujeres o niñas fueron asesinadas cada hora por parejas íntimas u otros miembros de la familia en 2021. De todas las mujeres y niñas que intencionalmente fueron asesinadas, el 56% de los casos fue bajo la responsabilidad de sus parejas u otros familiares, mientras que sólo el 11% de las muertes de hombres se cometen en la esfera privada. Dado que hoy en día la sociedad cuenta con herramientas y el conocimiento para prevenir estas muertes, es doloroso seguir leyendo estas cifras y ver que el panorama no ha cambiado en el tiempo.
La realidad nacional no es distinta, en lo que va del año 2022 hay 345 mujeres víctimas de muertes violentas, de las cuales 70 fueron sólo por su condición de ser mujer, es decir, han sido catalogadas como femicidios. En el Azuay se registran ya 10 casos, 12 en el Cañar, 13 en El Oro. Este año, al parecer no se distancia de los anteriores, que en el contexto de la pandemia incluso registraron incrementos de violencia, sobre todo en la esfera privada. Estos casos, a criterio de las expertas, puede prevenirse a través de la identificación temprana de las mujeres afectadas por violencia, el acceso a la asistencia y la protección centradas en los sobrevivientes, asegurando que la policía y los sistemas de justicia respondan mejor a sus necesidades. La prevención primaria requiere compromiso del Estado y la Sociedad Civil en el fortalecimiento de las organizaciones y movimientos activistas por los derechos de las mujeres cuyo trabajo ayuda a salvar vidas gracias a la detección temprana de posibles víctimas y a la sensibilización social que sus voces amplificadas generan.
La jornada de 16 días por los derechos y la prevención de la violencia contra la mujer será una oportunidad para mostrar empatía y solidaridad, para entender que tanto la violencia doméstica, como el acoso laboral, o la violencia política contra la mujer son peligrosas derivaciones de un contexto social que requiere la atención de todos y todas.