Mientras no se concrete del todo, persiste el suspenso en torno al pretendido Acuerdo de Integración Productiva Ecuador-México.
Esa es la máxima aspiración del Gobierno ecuatoriano, previo a su ingreso a la Alianza del Pacífico en calidad de miembro de pleno derecho.
Son parte de esa Alianza, México, Colombia, Perú y Chile. Nuestro país quedó fuera por razones ideológicas. Ni siquiera por eso, sino por caprichos y berrinches de quien lo gobernó por una década.
Esos cuatro países son gobernados por mandatarios identificados como de izquierda. Empero, impelidos por la realidad y el pragmatismo económico, no han dado marcha atrás para despecho de sus seguidores. Más bien la impulsan, como acaba de hacerlo el presidente chileno Gabriel Boric en su reciente visita a su similar mexicano Manuel López Obrador.
Horas después lo hizo el presidente Guillermo Lasso. Tras dialogar con López Obrador, instruyeron a sus respectivos equipos negociadores a plasmar una “propuesta de beneficio para los dos países en los temas relacionados a banano y camarón”.
Tienen una semana de plazo para hacerlo. La propuesta permitirá el “cierre adecuado” de las negociaciones”.
El Gobierno ha puesto todo su empeño para lograr el ingreso del país a la Alianza del Pacífico; pero, insistimos, primero debe suscribir el Acuerdo con México. Ya lo tiene con Colombia, Perú y Chile. Está a punto de cerrar otro con Costa Rica, también interesado en ser parte de la Alianza.
Productos como el camarón y el banano, los más exportables del Ecuador, son el único obstáculo; pues los empresarios mexicanos lo consideran una desventaja.
Por ello los equipos negociadores deberán, sin cortapisas de por medio, consensuar, una tarea pesada a lo mejor, pero ya ampliamente analizada con anterioridad.
Ojalá del plazo dado por Lasso y López Obrador concluya con luz verde.
El desarrollo de las economías, el mayor crecimiento, la competitividad, las exportaciones se ven fortalecidos con la integración.
