El colapso político de Perú provocó un cambio importante en la región andina, por primera vez una mujer es Presidenta en el país vecino y desde ya tiene una serie de retractores que cuestionan su capacidad.
En América Latina varias mujeres ocuparon este cargo, sin embargo, Dina Boluarte, es la primera presidenta que viene de las bases sociales, de origen humilde, poco privilegiado, y con una posición frontal de izquierda.
En su discurso Boluarte planteó tres argumentos claves a rescatar: reconocer y valorar el trabajo de las mujeres, especialmente de aquellas que asumen el cuidado de sus hijos en la pobreza y soledad, no olvidarse de nadie en el camino del desarrollo económico del país, y por último cero tolerancia a la corrupción.
Las feministas sabemos que asumir este reto no es tarea fácil en un sistema que pone trabas a las mujeres que asumen cargos de decisión, más aún cuando el modo en que se llega a este no está definido por quienes tienen el real poder. Estamos vigilantes al rol y compromiso de Boluarte, pero sobre todo a quienes quieren su desprestigio por el hecho de ser mujer. (O)
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