Días atrás la carrera de Género y Desarrollo de la Facultad de Jurisprudencia y Ciencias Políticas y Sociales de la Universidad de Cuenca, cumplió veinte años de trayectoria académica, un merecido homenaje a quienes a lo largo de dos décadas aportaron desde su convicción, perseverancia y extensa profesionalización a la producción de profesionales que buscan contribuir a la equidad de género y al desarrollo humano sostenible, lo que va mucho más allá de un discurso político o de una “bandera de lucha” por mero protagonismo circunstancial.
El compromiso con los asuntos de género ha logrado que nuestra ciudad desde sus distintas esferas, se constituya representativa para otras sociedades, proyectando con ello una real aplicabilidad en las normas sociales, académicas, institucionales y políticas, como así también, la participación, observancia y exigibilidad; es así que, el género en su magna diversidad de ámbitos y por qué no decirlo, en su implícita complejidad, día a día traspasa barreras arraigadas a constructos mentales sostenidos y reforzados en acciones retrógradas; no obstante, la realidad actual nos invita constantemente a repensar sobre aquellas conductas que arremeten constantemente contra las poblaciones/colectivos vulnerables.
Por tanto, entender al género, parte por reaprender desde la individualidad de cada sujeto de derechos a la transfiguración desde las jurisdicciones, competencias y voluntad política de prácticas saludables, justas y equitativas de desarrollo. Es menester abrir nuestras mentes… (O)