El ministro de Economía y Finanzas de Ecuador, Pablo Arosemena, consideró este viernes que para el 2023 su país no necesitará un nuevo programa crediticio con el Fondo Monetario Internacional (FMI), tras haber concluido uno de 27 meses por 6.500 millones de dólares.
Arosemena señaló en una rueda de prensa que el Gobierno del presidente Guillermo Lasso espera seguir trabajando con el FMI, pero aclaró que el presupuesto para 2023 ya está proyectado sin necesidad de un nuevo plan crediticio de esa institución financiera.
El presupuesto presentado por el Ejecutivo asciende a 31.503 millones de dólares para 2023, con una necesidad de financiación de 7.577 millones de dólares, de los que 3.733 millones espera conseguir por fuentes externas.
Su estimación es obtener 2.477 millones de dólares de organismos internacionales, entre ellos 679 millones del Banco Mundial y 762 millones del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), mientras que 619 millones vendrán a préstamo de otros gobiernos y 637 de bancos y bonos internacionales.
UN AVAL PARA UN AÑO COMPLICADO
Arosemena auguró que la culminación del programa crediticio con el FMI, cuya última partida de 700 millones de dólares fue aprobada por la junta directiva de la institución financiera esta semana, será un aval para Ecuador de cara a un 2023, cuyo panorama avizora una probable recesión global.
El titular de la cartera de Economía y Finanzas enfatizó en que es la primera vez en más de 20 años que Ecuador logra culminar un programa crediticio del FMI, lo que a su criterio respalda un manejo ordenado y transparente de las finanzas públicas durante los dos últimos gobiernos.
En ese sentido, el ministro valoró que el FMI proyecte un crecimiento del producto interior bruto (PIB) de Ecuador del 2,7 % para 2023, cuando el promedio de Latinoamérica será del 1,7 %, mientras que la previsión de inflación es de 2,4 %, una de las más bajas de la zona.
El ministro también destacó el descenso de la prima de riesgo, que actualmente se encuentra por debajo de los 1.300 puntos, después de que a mediados de octubre llegase casi a los 2.000 puntos.
RELACIÓN DE DÉCADAS
La relación de Ecuador con el FMI se remonta a la década de los años 70, aunque fue en los años 80 cuando inició una agresiva etapa de endeudamiento con el organismo.
La primera Carta de Intención que suscribió Ecuador con el FMI data de 1983 y hasta 2003 había suscrito 16 entendimientos con el organismo, pero el vínculo se rompió durante el Gobierno del expresidente Rafael Correa (2007-2017).
No fue hasta 2019, ya en el Gobierno de Lenín Moreno (2017-2021), que Ecuador volvió al FMI para firmar un acuerdo de «Facilidad extendida» por 4.200 millones de dólares, que fracasó ante las duras protestas sociales que sacudieron al país en octubre de ese año.
Con dificultades para hacer frente a los compromisos de la deuda externa, Ecuador obtuvo del FMI el concretado programa de 6.500 millones de dólares que implica al Estado una serie de compromisos que ahora intenta sacar adelante el Gobierno de Lasso. EFE