
El personal médico especialista del Hospital de Solca-Cuenca emitió un pronunciamiento dirigido a la ciudadanía y a las autoridades sobre los efectos de la minería en la salud pública, particularmente en relación con la presencia de metales pesados en el agua y su vinculación con el cáncer.
De acuerdo con organismos internacionales como la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC), la exposición prolongada a contaminantes derivados de la minería puede incrementar el riesgo de distintos tipos de cáncer.
Vías de exposición
Los especialistas detallan que la contaminación del agua por metales pesados afecta a la población a través de diversas vías:
- Consumo directo de agua contaminada.
- Acumulación en alimentos, como vegetales regados con agua con metales pesados.
- Bioacumulación en fauna acuática, donde peces y mariscos absorben mercurio, arsénico o cadmio.
- Contacto dérmico prolongado, al bañarse o lavar ropa con agua contaminada.
Evidencia científica
Entre los contaminantes más estudiados y sus efectos en la salud, destacan:
- Arsénico: concentraciones superiores a 10 µg/L en agua potable aumentan el riesgo de cáncer de piel, vejiga y pulmón.
- Cadmio: relacionado con cáncer de pulmón y riñón en comunidades cercanas a zonas mineras.
- Cromo VI: asociado a casos de cáncer gástrico y pulmonar en poblaciones expuestas.
- Mercurio: aunque su relación con cáncer es menos clara, existe evidencia de posible vínculo con tumores renales, además de daños neurológicos comprobados.
- Sílice cristalina, uranio y radio: vinculados con cáncer de pulmón, hueso y leucemias en contextos de exposición minera.
Conclusión médica
Los especialistas de Solca-Cuenca advierten que la evidencia científica es contundente: la minería sin controles estrictos puede liberar metales pesados al agua, lo que incrementa significativamente el riesgo de cáncer y otras enfermedades graves.
El documento fue suscrito por más de 30 médicos tratantes del Hospital de Solca-Cuenca.