La agüita del Quinto Río salpicó al país, despertando una corriente ciudadana que dejó sentir su caudal y hacer escuchar su voz –más allá de las diferencias– de manera contundente e irrefutable. Sin embargo, su atronador rugido aún no logra del todo que las autoridades abran sus oídos, presten atención y asuman el mensaje. El …


