Ciudad singular que la llevo en mis entrañas como el más tibio y gran amor siempre presente. Enamorado eterno de sus techumbres de tejas sollamadas por los tiempos y los hornos, con sus casas cuyas fachadas primorosas dicen a las claras del mestizaje soberbio de su gente, los cuencanos. Enamorado no solo yo y mi …











