Y otra vez Calibán salió a vomitar su odio en casas, calles y avenidas; una vez más estamos ofendidos y humillados con “lideres” que no son capaces de consensuar, dialogar, gobernar, lamiéndonos las heridas, ateridos después de la pelea, los gritos estentóreos y las muertes. Nuevamente indígenas fumigados de la casa de la cultura, militares …











