Y el fiscal no omite ni un solo detalle y los periodistas tampoco, la crónica roja diaria nos empapa de sangre nuevamente; una mínima inflexión de voz denota el asombro cuando describe que el femicida acude a clases luego del crimen. Cada pormenor es sopesado y revientan las redes sociales, la jauría y su voracidad, …











