Desde la curva del camino polvoriento se la puede contemplar. Basta detener el vehículo y acercarse al filo de la quebrada para mirar desde arriba. Allí está. Un edificio gris, hundido en un foso. La cárcel. Y uno no puede evitar mirar mientras se apodera del alma un morbo malsano. Mirando a lo lejos y …











