Ensimismados, meditabundos, llenos de miedo, de pánico; vueltos a Dios, incluso uno que otro ateo; añorando la libertad, también el libertinaje; confinados en casa, sin comprender cómo un virus se tomaba el planeta entero y amenazaba con diezmar a todos si es posible. Todos clamando por la vida; por una segunda oportunidad sobre la faz …










