La infalibilidad que se atribuye de manera exclusiva a Dios, es ajena a la condición humana. Un mundo en que nadie cometiera errores sería inimaginable. El error es parte de nuestras existencias y, como todo lo negativo, tiene algo de positivo. En gran medida, el sentido de nuestras vidas consiste en cometerlos y corregirlos; su …











