El estado al que han reducido a nuestra Cuenca es ya motivo de indignación. La certeza del aislamiento. La humillante rutina de indagar primero si la vía a la costa por el Cajas está abierta y el tortuoso peregrinaje por las agrestes carreteras del Cañar. ¿La alternativa? Un pasaje aéreo, a precios ridículamente altos, para …











