El tema ha adquirido dimensiones francamente dramáticas. Una huelga de hambre que se aproxima peligrosamente a las tres semanas ante la cada vez más frágil salud de los manifestantes; un desangramiento (real y simbólico) a las puertas de la gobernación y un paro nacional inminente. Sí, las cosas han llegado demasiado lejos. Pero cuidado, no …











