Aislados, encerrados, sin ver a nadie, ni hablar con parientes o amigos, así estamos desde hace más de un año. No hacer nada, entre las cuatro paredes del hogar, hubiese significado, hace tiempo, caer en la demencia. Para evitarlo, nos hemos refugiado en distintos subterfugios de los sentimientos y la inteligencia, que nos han permitido …










