OPINIÓN | Un año ha transcurrido desde que se nos tapó la sonrisa con un infame pedazo de tela; trescientos sesenta y cinco días en los que, cada minuto, significó un aprendizaje y, puesto que estamos diseñados para sobrevivir, es urgente hacer una evaluación sobre la pandemia y sus lecciones. Inútil recalcar en los horrores …











