Hay silencios que son inmorales, como el silencio de las autoridades locales y nacionales frente a la violencia criminal en Guayaquil. Inmorales porque es su deber ético dar la cara a la sociedad, calmarla, sosegarla, decirle lo que quiere oír: que están buscando las maneras más eficaces para terminar con el desangre en el Puerto …











