La amplia sonrisa de Dominick Granja se dibuja automáticamente cuando sus compañeros de la Unidad Educativa Sudamericano le invitan a jugar canicas. Sus abultados bolsillos están llenos de “bolitas” de diferentes colores y tamaños, desde las famosas “chinas” y “japonesas”, pasando por las “lecheras”, hasta “kamalas”, esas que se sacan a relucir cuando parece que …











