Es común ver caminar a Guillermo Camacho Martínez, técnico de los ajedrecistas azuayos, junto a perritos abandonados. Lo hace por las inmediaciones del Complejo Bolivariano. Entre libros, relojes, tableros y piezas de ajedrez siempre lleva consigo una funda con panes o croquetas para calmarles el hambre. “Para ser un buen ajedrecista hay que ser una …











