Si de verdad sopesáramos con honestidad, con sentido de patria, los resultados de la consulta popular y del referendo, valdría decir que no hay perdedores ni ganadores. Pero no. En un país dividido, polarizado, anclado en un péndulo pernicioso, difícil encontrar cuando menos un punto medio. Tan pronto como se conocía la tendencia irreversible del …



