“Estoy desvariando, por favor quemen todo lo que escribo”. La frase, brutal, aparece sobre una pared abandonada en la vieja ciudad, mientras las luciérnagas de neón que iluminan las calles van dando paso a un alba gris metálico sobre las montañas. Detuve el coche para contemplarla, intentando aprisionar ese destello de angustia. Intentando imaginar ese …


