El cerebro humano procesa millones de algoritmos biológicos que nos permiten anticipar movimientos y decisiones sin esfuerzo consciente. Pero mientras nuestros algoritmos internos buscan equilibrio, los digitales buscan influirnos. Las plataformas emplean sistemas capaces de predecir, condicionar y amplificar nuestras emociones, convirtiendo la reacción en su mayor fuente de poder. Lo que inició como un …


