Y de pronto la avalancha de noticias nos cubrió de pavor. Y fue inútil hablar de los ancianos abandonados en algún centro geriátrico allá en España, o los centenares de muertos diarios en Italia; entonces no quisimos saber sus nombres, no personalizamos. Simplemente el corona virus sigue infestando el planeta. Entonces, aquellos que no tienen …


