Una ventana parecía ser el cuadro eternamente mirado por la anciana. Su atisbo parecía tener un especial embeleso con la visión de unos escasos metros y que terminaba en un paredón rígido, donde esos ojos pardos clavaban su escrutinio en los entramados rítmicos de los ladrillos. Más aquí que allá, una canosa dama enjuta casi …











