Un delincuente novato, al verse descubierto en una fechoría, se inclina por aceptar su culpabilidad y más aún, demostrar su arrepentimiento y pedir clemencia a sus juzgadores. Un delincuente avezado, en cambio, niega con vehemencia su culpabilidad y, no solo ello, sino que llega hasta el ataque y la agresión a sus denunciantes. Lo del …











