La sociedad está impregnada de jerarquías. Desde tiempos inmemoriales, generalmente por organización y supervivencia, hemos aceptado estas estructuras como una convención social, parte inevitable de nuestras vidas. Imaginemos un mundo donde la autoridad no se acepta ciegamente, sino que se desafía con preguntas reflexivas y análisis crítico. Aquí es donde la libertad de cuestionar, desestabiliza …











