Las aguas servidas generadas en las urbes deben ser transportadas por redes de alcantarillado y emisarios hacia una Planta de Tratamiento de Aguas Residuales (PTAR) para su depuración, cumpliendo la normativa nacional y ser descargadas en un cuerpo hídrico sin afectar su riqueza natural, ni los usos del agua: consumo doméstico, agricultura, ganadería, valor estético …


