La semana pasada escribí sobre el poema sinfónico del francés Camille Saint-Saëns llamado Danza Macabra (puede leerlo en la emisión digital). Esta obra, armoniza instrumentos musicales para evocar una superstición de la muerte. Hoy, la magia del hecho musical exquisito pasó a ser un escenario cercano y real. Los acordes misteriosos dejaron las pantallas artísticas …











