La verdad, es que ya no hay de qué asombrarse. El caos, la inseguridad, el desorden, la venta de drogas, es común en la Feria Libre. La central de abastos más grande de Cuenca es tierra de nadie. Ahí las bandas manejan todo. Tienen tarifa para los puestos, aplican la vacunita, uno que otro sobornito …










