Recién nomás rendimos pleitesía a nuestra progenitora, la madre. Ahora, con igual gratitud y amor, a nuestro ascendiente, el padre. Y con el recuerdo del mío, Salvador, a todos quienes llevan el don de la paternidad, tan espinoso y a la a vez tan gratificante. Una verdadera profesión que, por cierto, es muy ingrata y …










