Debo hacerla. De un tiempo acá los ecuatorianos nos hemos convertido en plañideros. Vamos de reunión en reunión, nos apenamos de aquello que sucede, esbozamos soluciones y luego: cada uno para su casa y ya en casa todos a sus quehaceres personales; de urgencias, de cambios, de salvatajes, nada, nadita de nada. Así me veo …











