La política ecuatoriana se ha convertido en un pantanal, donde todos se devoran, donde ya nadie esconde las traiciones. Unos, agazapados, esperan el momento oportuno para escalar; otros van de frente pisoteando principios -si los tienen-, aplastando amigos y coidearios y, como si no fuera suficiente, llevándose los últimos huesos que le quedan al país. …











