Aquel que controle su lengua, dice el principio bíblico, es capaz de controlar todo su cuerpo. Si quisiéramos aplicar el consejo dado en el siglo primero a nuestros días, podríamos decir que quien controle sus pulgares en redes sociales es capaz de controlarse todo. Porque la conversación hoy se ha vuelto digital y hemos trasladado …











