Si el Azuay no lucha contra el centralismo, la Provincia está condenada a la marginación, atraso, el irrespeto a sus habitantes y a relaciones neocoloniales de poder. Esta situación de mal trato a los intereses comunes y vitales del Azuay no puede seguir, causa agobio, asfixia, succiona recursos y retribuye pesares. Se pensaba que, con …











