Tengo por costumbre caminar por las mañanas cuando el clima, veleidoso como el nuestro, me lo permite. Y prefiero hacerlo a la ribera de un río. No consigo definir con precisión la atracción que desde niña ejercen los ríos sobre mí. A veces parece mística, enigmática, otras, hechizante. Simplemente me envuelven y dulcemente me secuestran. …











