Recurrir al fuego fue siempre un ardid en la humanidad, para con sus ascuas borrar todo posible rastro molesto. Se incineraron brujas en la inquisición y libros valiosos fueron convertidos en cenizas en muchos momentos de brutalidad y ceguera. Bien se decía que, si se queman libros, luego vendrá a la pira el hombre mismo. …











