Sembremos corazones de Cañaris para ver qué fruto dan…, había proclamado Atabalipa, sentenciando así, a los guerreros defensores de estas tierras sometidos en los llanos de Tomebamba, desde entonces Tumipampa( valle de los tumis) para inmortalizar el arma ceremonial de los vencedores; y del corazón de estos leales guerreros, nacieron los capulíes, contaba mi maestro …










