OPINIÓN| Esta es una historia triste. Aterradora. Compuesta de retazos. Y empecemos por imaginar un ignoto edificio guayaquileño dónde una compañía que llevaba casi dos décadas inactiva resucitó de entre los muertos para adjudicarse un jugoso contrato de 10,5 millones por la compra de 131 mil mascarillas a un grosero sobreprecio de 400 %. ¿Los …


